Contiene: Lado A: Melgar (vals) -- ídolo (vals) -- el conejito (polka) -- radiante (vals) -- Luis Pardo (vals) -- las penas matan (tondero) -- Lado B: Tus ojitos (vals) -- celaje (vals) -- lejos de tu mirada (polka) -- alejandrina (vals) -- el parisien (vals) -- la palmerita (marinera).
Pablo César Rosales Zamora nos dice: La presencia del piano en los valses peruanos data aproximadamente de la segunda mitad del siglo XIX. Pero se puede afirmar que, en el Perú, es ya entrado el siglo XX – específicamente, de la década de los cuarenta – que se empieza a experimentar con dos ejecutantes a la vez sobre este instrumento. La muestra más especial de este estilo lo encontramos en las interpretaciones de Filomeno Ormeño y Lucho de la Cuba, pianistas pertenecientes a las primeras generaciones de músicos criollos.
Sobre ellos y sobre su legado, se ha escrito muy poco, pero se ha grabado mucho. En este último aspecto, lo que ha quedado principalmente para la posteridad es la compilación “Cincuenta años de música criolla” con unas 60 canciones entre valses, polkas, tonderos y marineras a dúo de pianos. En mi opinión, su contribución residió en trasladar el aire de jarana al piano y demostrar, por tanto, que, así como este instrumento puede ser vehículo de expresión de melodías europeas (populares), también es capaz de expresar y plasmar las características propias de una época y un estilo costeño – peruano.
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