Contiene: Boi Barroso – Elis Regina -- Vermelho (Chico da Silva) – Fafá de Belém -- Tic Tic Tac – Carrapicho -- Boi Bumbá (Waldemar Henrique) – José Tobias -- Boi do Amazonas (recolhido por Walter Santos) – Papete -- Bumba Meu Queixada – Teatro União e Olho Vivo -- Entrada do Boi Misterioso -- Quinteto Violado e Zélia Barbosa -- Gado Bom Quem Tem Sou Eu (toada de vaquejada) – Otacílio Batista -- Boi de Mamão (entrada de boi, Bermúncia e Maricota) – Boi de Mamão de Itacorobi (SC) -- A Burrinha – Quinteto Violado.
La leyenda de “Bumba meu boi”:
Esta leyenda retrata la configuración social del período de la esclavitud, mostrando el tipo de relaciones de poder entre los esclavos y los señores, y las creencias religiosas de la época.
Dice la historia:
En una gran hacienda de crianza de ganado, una pareja de esclavos, Catirina y Francisco (también conocidos como Mãe Catirina e Pai Francisco en algunas regiones), pasan por una situación inusitada.
Catirina estaba embarazada y, cierto día, cuenta a su marido que tiene mucho antojo por comer lengua de buey. El marido, sabiendo que el deseo de una mujer embarazada es una orden, busca una solución. Francisco se angustia, pues con tantos bueyes cerca, ninguno les pertenecía, eran todos del patrón.
Catirina entonces, mirando la luna por la ventana, vió un buey bonito, gordo y vistoso y pensó en cuánto deseaba comer lengua de buey. Su mirada larga conmovió al marido que capturó al animal, lo mato y cocinó su lengua, saciando el deseo de su esposa. El resto de la carne fue repartida entre los vecinos, quedando apenas los cuernos y el rabo que nadie quiso.
Los días pasaron, y una tarde, el amo comenzó a andar por su propiedad para revisar el rebaño. Fue entonces que sintió la falta de un gran buey que había mandado traer de Egipto y preguntó a uno de sus empleados dónde estaba. El esclavo le dijo que había huido. Otro esclavo que pasaba por ahí, enojado por no haber obtenido ninguna pieza de carne, le contó que Francisco había matado al animal.
Inconsolable, el amo rompió a llorar. Francisco y Catirina, con miedo, huyeron a otra ciudad. El amo no quería saber nada, sólo deseaba a su buey vivo de nuevo. Llamó a las rezadoras, pagó penitencias, curanderos también fueron llamados para intentar resucitar al animal, pero el rabo, los cuernos y el esqueleto, permanecieron en el mismo lugar.
La historia del señor que lloraba por su buey muerto se difundió por la región, llegando hasta la ciudad a donde huyeran Catirina y Francisco. La pareja, entonces, confesó que estaba muerta de arrepentimiento por el crimen cometido. El hijo de ambos, ya mayorcito, escuchó la historia y pidió a los padres que lo llevaran a la hacienda.
Llegaron los tres a la propiedad, aún con miedo de recibir algún castigo, la pareja acompañó a su hijo, que tomó el rabo del buey, miró dentro y dio tres soplidos muy fuertes. El buey revivió y salió dando cornadas a quien tuviera en frente. El amo no cabía en sí de alegría, abrazaba a todos y hasta perdonó a Catirina y Francisco.
(ésta es una versión, la cual varía de región en región) Fuente: Casa Do Brasil, la experiencia.
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